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Ven, juglar, acerquémonos al balcón de María para darle una serenata
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María, María, mírala… ¡Que bella plebeya! ¿Debo abdicar al trono por amor a ella?
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¿Vale acaso más una fría corona que un solo reflejo de sol en los dorados cabellos de
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María Blessing?
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¡Oh! ¡Oh, dolientes espíritus! ¡Oh, sempiternos gemidos! Acudid en mi ayuda, decidme qué debo hacer en este momento aciago…
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Así hago algo
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Mira, juglar, mira la calavera. ¿Sabes a quién perteneció? ¿Lo sabes, lo reconoces?
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Es cierto, está un poco demacrado
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En vida fue Jerry, el bufón. Su vida fue una fastuosa juerga, una interminable orgía…
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¿Sabes por qué su descarnada boca permanece muda?
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Porque calavera no chilla
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¡Oh, oh gloriosos antepasados, ayudadme! Apiádate de mí, tú, Godofredo, el Mudo, príncipe normando célebre por el hallazgo de Abdulamán en las cruzadas
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21 horizontal, 9 letras
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¡María, María! ¡La corona, la corona…!
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¿Pero qué importa una corona
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si el resto de la dentadura está sana?
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El trono, la gloria vana, el oropel vacuo… ¡Mira, mira, juglar! Mira la estatua que me inmortaliza sobre brioso corcel.
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Yo, en mi vanidad, ordené que gastaran los dineros del reino en una estatua ecuestre
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Cuestre lo que cuestre
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Mira, mira las figuras: el rey, el caballo
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solo falta la sota
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Por los acantilados de Dover navega Eric, el Rojo, con la codicia en los ojos
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y una flor en el pulover
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María, María, dime: ¿Por qué tanta ternura rodeada de tanta insidia, mezquindad y cuchicheos? Que el duque de Boicharment y el marqués de Coligny se reunieron en Calais para concertar una alianza…
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¡Je, qué ingenuidad! Asustar a un inglés
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con la alianza francesa
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¿Franceses a mí? Todavía recordarán aquél durísimo encuentro junto al Arco de Triunfo. ¡Qué memorable jornada! Chateauvieux, Fouchèe, Petitfour…
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uno tras otro fui eliminando a mis rivales, y ya solo frente al arco...
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¿pero qué cobró?
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¿Qué cobró tantas vidas? ¿Qué segó tantos sueños? ¡El poder! ¡El trono!
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¿El trono o María? Al fin y al cabo el trono lo quiero para posarme sobre él y satisfacer mis deseos, los más sublimes y los más perversos.
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En cambio a María la quiero para…
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Caramba, qué coincidencia
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Ven, juglar, acércate. Mira, quisiera cantarle a María pero el destino me ha castigado con dura mano en mi inspiración musical. Ruégote, ponle música a mis inspirados versos a María.
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